SpanishEmbrague de carbono SACHS Fórmula 1
04/01/2018Los coches de Fórmula 1 de Ferrari, el equipo más exitoso de la historia de la Fórmula 1, así como otros equipos de carreras, como Lotus, BMW Sauber y Toro Rosso , conducen amortiguadores y embragues ZF SACHS en la categoría reina del automovilismo.
El embrague SACHS Fórmula 1, que consta de 20 componentes individuales, se fabrica a mano e impresiona por su bajo peso y su diseño extremadamente fino. El embrague es más corto que un bolígrafo y pesa solo 1,2 kg, cerca de un 10 % de lo que pesa un embrague de serie convencional.
El embrague de carbono tiene 4 discos de fricción de embrague con un diámetro de 97 mm. El bajo peso del embrague se logra utilizando titanio y fibra de carbono. Para lograr un perfecto comportamiento de medición del embrague, también se utilizan aleaciones de alta resistencia de conformidad con los estándares aeroespaciales, lo que conlleva una alta rigidez de la carcasa de titanio del embrague.
Minúsculo, pero potente
Con una potencia de hasta 1000 hp, los motores de Fórmula 1 aceleran el vehículo de 0 a 100 km/h en aproximadamente 2 segundos. Por lo tanto, las exigencias para el embrague son extremadamente altas. - El embrague SACHS puede transmitir un par de hasta 1000 Nm, siendo el arranque la carga más alta.
Durante el proceso de arranque, un embrague de Fórmula 1 absorbe aproximadamente diez veces más energía. Esto significa que la densidad de potencia es aproximadamente 100 veces mayor en comparación con un embrague de serie debido a su pequeño tamaño.
Gracias a los resortes de diafragma especiales y al material de embrague de carbono, un embrague de Fórmula 1 puede soportar temperaturas de hasta 1200 °C. En comparación, las placas de embrague orgánico de un embrague en serie ya se queman a 450 °C. El desafío consiste en garantizar un rendimiento constante del embrague a una amplia gama de temperaturas.
Comportamiento de desgaste del embrague
Los motores de Fórmula 1 son extremadamente dinámicos y tienen picos de potencia muy altos. Esto asegura que el embrague se deslice permanentemente y, por lo tanto, contribuye significativamente a un alto desgaste. Además, el embrague debe ser capaz de soportar hasta 4200 cambios de marcha en un Grand Prix como el de Mónaco.